2021

El invierno de 2021 fue lluvioso, acumulando una gran cantidad de precipitaciones desde finales de enero hasta principios de marzo. La brotación llegó a finales de este mes unida a una alta pluviometría que obligó a una exigencia especial en la gestión de cada parcela. El sol y el calor aparecieron a finales de julio, facilitando el óptimo desarrollo del viñedo. El año se encaminaba hacia una vendimia sin complicaciones hasta que en septiembre, primero el granizo y luego varias jornadas de lluvia dificultaron la recogida. Tanto en viñedo como en bodega, toda la uva se seleccionó racimo a racimo para asegurar el punto de maduración exacto y la máxima calidad en la elaboración. La vendimia comenzó el 6 de septiembre y finalizó el 28 de septiembre. 2021 supuso un punto de inflexión en la elaboración de Viña Meín – Emilio Rojo al alcanzar el equilibrio deseado en viñedo y mostrar la esencia de añadas futuras.

2020

Podemos destacar la añada 2020 por su meteorología atípica.  El otoño e invierno de 2020 fueron lluviosos, aunque también fríos. La primavera arrancó con un tiempo agradable, que provocó un adelanto de 3 semanas en el ciclo, pero el riesgo de heladas estuvo presente hasta mediados de abril. El final de abril y mayo acumularon gran cantidad de precipitaciones, como habitualmente en la zona. En especial este año, la presión meteorológica fue mayor a lo habitual con lo que el viñedo necesitó de una gestión de gran precisión e intensidad para conseguir un buen estado sanitario de las cepas. Por suerte, con la llegada del verano, el tiempo se volvió seco y varios episodios de calor facilitaron los trabajos de campo. La vendimia, temprana, comenzó el 27 de agosto y finalizó el 16 de septiembre. 2020 será una añada fácil de recordar por el nivel de exigencia a la que sometió al equipo y por la experiencia que aportó.

2019

La añada 2019 empezó con un tiempo frío y seco, incluyendo algunas heladas. A finales de enero, la tendencia cambió y el año empezó a acumular precipitaciones abundantes hasta la llegada de la llegada de la primavera. Un mayo bastante seco evitó graves ataques fúngicos al viñedo. El verano llegó bastante caluroso y seco, sobre todo agosto. Esta situación facilitó un buen estado sanitario hasta el final del ciclo sin generar un gran estrés a las cepas. La vendimia comenzó el 9 de septiembre y finalizó el 3 de octubre. Fue una recogida clásica de Galicia, con días de sol intercalados con días de lluvia. Este tiempo ayudó a una recolección pausada. Se realizaron varias vendimias en cada viña, separando cada variedad y cada parcela, lo que permitió la recogida de cada uva en su punto óptimo de maduración.

2018

2018 fue un año climatológico complicado en toda la comarca de Ribeiro. Comenzó con un invierno de temperaturas templadas, poca lluvia y escasas heladas. La primavera trajo altas temperaturas con un elevado índice de humedad ambiental provocada por las lluvias entre el mes de abril y finales de junio. Las condiciones mejoraron a partir del mes de julio con la llegada de un tiempo seco y con poca humedad. Se mantuvo así hasta la vendimia, que se realizó en las primeras semanas de septiembre. Aunque se experimentó una merma en términos de cantidad, la calidad fue excelente por lo que, en líneas generales, se trató de una añada muy positiva.