Emilio Rojo 2022 es fruto de la verdadera esencia de una viticultura minifundista. Una viña que escala bancales; las castes brancas de Ribeiro en estilo de coplantación, y una filosofía de colleiteiro que consigue la simbiosis entre el suelo y la viticultura. Emilio Rojo son viña y vino irrepetibles. Treixadura, lado, godello, albariño, caíño blanco, torrontés y loureira recuerdan el pasado histórico y la diversidad del entorno. La complejidad y sobriedad de las grandes parcelas de Ribeiro. Notas florales y un fondo extenso cítrico y frutal. Vivo, vibrante y profundo.


Emilio Rojo 2022
El año 2022 se recordará en España y precisamente en Ribeiro por las olas de calor y el estrés hídrigo que se sucedieron a lo largo del verano. El invierno fue bastante seco, con temperaturas similares a las medias históricas. A finales de febrero, la tendencia cambió: los meses de marzo y abril fueron húmedos y fríos. Esto retrasó la brotación, pero conllevó un trabajo extra en cuanto a control de cubiertas vegetales durante varias jornadas con riesgo de helada. El mes de mayo fue atípico ya que se empezaron a encontrar temperaturas por encima de los 35º C y ausencia de lluvias. Durante el verano, sobre todo el mes de julio y los primeros días de agosto, las temperaturas fueron extremadamente altas, llegando a superar los 40º C, durante varios días consecutivos. Pese a las condiciones extremas, la viña adaptó su desarrollo fisiológico a un año seco y cálido como el vivido. La vendimia se desarrolló durante tres jornadas, el 30 de agosto, el 5 y el 9 de septiembre.
La parcela de Emilio Rojo se encuentra en la ladera orientada hacia el sol de la mañana del valle del Avia. Bancales históricos junto a la aldea de Ibedo que Emilio Rojo y su mujer restauraron y cultivaron como viñedo en los años 80. Su viticultura meticulosa y personalizada de cada cepa los convirtió en referente de Ribeiro. Las variedades locales que se encuentran repartidas en estilo de coplatación expresan el equilibrio de una parcela extraordinaria. Un paisaje único que se representa cada año en las botellas de Emilio Rojo.
Durante los días previos a la recogida, se cata la uva cepa a cepa para decidir qué plantas se vendimian y cuáles deben esperar. Esta selección implica además un profundo conocimiento asociado al análisis de colleiteiro: cada uno de los socalcos aporta un elemento indispensable para entender este paisaje. Las diferentes uvas de treixadura, albariño, lado, godello, torrontés, caíño branco y loureira se seleccionaron también en su llegada a bodega manualmente con control absoluto de cada racimo. La fermentación se realizó en depósitos de acero inoxidable con levaduras autóctonas y continuó su desarrollo en los mismos depósitos durante los siguientes 12 meses. Para una mayor protección el vino contiene sulfitos. Fue embotellado en verano de 2023 y se mantuvo 24 meses de crianza en botella antes de salir al mercado.